Dentro de unos días oficialmente el Reloj Público estará al servicio para dar la hora a los cartageneros y turistas.
Su corazón, la máquina que con todo su engranaje marca la hora de este monumento, ya está prácticamente lista. Sus piezas son sometidas a ajustes mínimos para que funcionen sincronizadas. Los trabajos los adelanta la Fundación Grupo Conservar y el relojero, Olivier Wuilleumier, un cartagenero de raíces suizas, quien es el encargado de hacer los últimos retoques de cada una de las partes para que funcione sin contratiempo.
En estos momentos se hacen las pruebas pertinentes, que se estiman dure unos quince días en el que se evalúa que todas las piezas engranen milimétricamente.
Cada una de las piezas del Reloj se pulió, se les quitó el óxido y recobró su material original que era en bronce y armó para el proceso de prueba de la máquina.
Después de 10 años en inactividad se escucharán las campanas marcando el tiempo con un número de campanazos según la hora.
Para lograrlo, las campanas, los sistemas de soporte de las mismas, los badajos, mazos de toque, las guayas, y toda la restauración de estos elementos se les hizo mantenimiento en el sitio.
Las campanas fueron desmontadas y restauradas y se cambiaron las tuercas oxidadas por un sistema de acero inoxidable para volver a su sitio en la Torre.
Los trabajos de mantenimiento marchan a buen ritmo y en lo estipulado en el cronograma y se estima que sea entregado oficialmente antes de finalizar este mes.
El encargado de su mantenimiento y restauración fue la Fundación Grupo Conservar, firma especializada en conservación y puesta en valor del patrimonio mueble de la ciudad.