Dirigir la Policía Nacional de todos los colombianos es una tarea ardua y compleja, que requiere la mayor atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Pero al mismo tiempo es una labor que deja enormes satisfacciones las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Sin duda alguna, la máxima satisfacción es poderle servir a tiempo al ciudadano. Por su cercanía con la gente, el policía casi siempre es el primero en auxiliar a nuestros semejantes, ya sea para solucionar un problema entre vecinos o contrarrestar cualquier amenaza de la delincuencia. También, en medio de una tragedia natural, como ocurrió en Mocoa, o en un siniestro, como el caso del avión del equipo brasileño Chapecoense, o cuando necesitamos protección ante un evento extraordinario, como ocurrió con la visita del papa Francisco, que implicó ayudar a proteger al Santo Padre y a 6,8 millones de ciudadanos. De ahí que sea tan famosa la frase “llamen a la Policía”, que traduce llamen al servidor público más cercano al ciudadano.
Por eso, siento un profundo orgullo patrio cuando veo que nuestros policías hacen hasta lo imposible por preservar una vida o socorrer a los más humildes. Son héroes de la cotidianidad; hombres y mujeres de extrema valentía. Allá, donde hay una tragedia, siempre hay un policía ayudando a salvar vidas. Allá, donde los violentos intentan quebrantar la ley, siempre llega un informado para proteger los valores más preciados de nuestra sociedad, incluso a riesgo de ofrendar su vida.
Debo confesar que la muerte de un policía me genera un profundo dolor en el alma, no solo porque fallece un excelso ser humano y un guardián de la paz y la convivencia, sino porque una familia queda vestida de luto para siempre. Cuando muere un policía muere parte de la institucionalidad que tanto le cuesta construir a una nación.
Trabajar por Colombia requiere de un gran equipo, requiere del liderazgo y el compromiso de cada señor general, coronel, teniente coronel, mayor, capitán, teniente, subteniente, sargento, comisario, intendente, subintendente, patrullero, agente, auxiliar y personal no uniformado. Es la unión de más de 180.000 líderes para trabajar ‘Por una Colombia Segura y en Paz’.
Nuestro país vive momentos de grandes retos y desafíos. Este año y los venideros se proyectan como tiempos de grandes transformaciones para nuestra sociedad. Por eso, nuestra patria necesita del concurso de sus mejores líderes para continuar avanzando en la búsqueda de una paz estable, duradera y completa.
En el caso de la Policía Nacional hemos estructurado un proceso de Modernización y Transformación Institucional (MTI), hoja de ruta que proyecta la Institución del presente y el futuro acorde a las necesidades del país. A través de 15 líneas estratégicas, que ya están en proceso de consolidación, le entregaremos al país policías más humanos, íntegros, disciplinados, innovadores y efectivos en su gestión; policías más cercanos al ciudadano, nuestra razón de ser.
Ya son 126 años al servicio de Colombia. 126 años acompañando la cotidianidad de todos nuestros compatriotas. 126 años en los cuales la Institución se convirtió en patrimonio de todos los colombianos.
Desde aquel memorable 5 de noviembre de 1891 hasta hoy la Policía Nacional de todos los colombianos ha sido una Institución incluyente, intérprete de esa inmensa riqueza multicultural y pluriétnica de nuestra nación. ¡Gracias! Colombia por confiar en su Policía Nacional, Institución que a diario trabaja ‘Por una Colombia Segura y en Paz’.
General Jorge Hernando Nieto Rojas
Director General Policía Nacional