Por ser el objetivo Superior del “Plan de Desarrollo Primero la Gente 2016–2019”; el BIENESTAR DE LA GENTE. Es inexcusable y un imperativo social, económico, cultural y político del Alcalde Distrital, Manolo Duque; liderar la priorización de la disminución significativa del Desempleo, el Subempleo, la Informalidad y la Precariedad del Salario en Cartagena.
Pero debe hacer énfasis en combatir el Desempleo Juvenil. Siendo que la regla de oro para una buena Administración, es el establecimiento de PRIORIDADES, porque si no se hace, puede terminar invirtiendo recursos en asuntos insustanciales para lograr el BIENESTAR y avance hacia el desarrollo sostenible.
Es indiscutible que la Desocupación sigue siendo uno de los máximos problemas que padecen los colombianos, especialmente los cartageneros, golpea a los adultos. Pero mucho más a la población juvenil. Por lo que el esfuerzo del Estado, y las iniciativas del Gobierno Nacional, departamental y distrital; deberían enfocar sus objetivos de política pública laboral, salarial y de seguridad social; en la reducción significativa de este flagelo; porque durante muchos años, el Desempleo ha sido el peor azote que ataca la gente.
En Cartagena la tasa de desempleo juvenil, es más de dos veces más alta que la de los adultos. Y los jóvenes profesionales de estrato socioeconómico bajo que alcanzan profesionalizarse con tanto sacrificio, sufren este castigo con particular intensidad. Así que la creación de empleo digno y decente, debe ser Prioridad UnoA del Presidente, del Gobernador, Alcalde y sector privado; porque incuestionablemente, Cartagena es campeona en desocupación y falta de oportunidades.
Con este horizonte, de alarmante desempleo en todos los sectores de la economía local y nacional; si existiese coherencia y compromiso de nuestra clase dirigente, deberían llegar a una concertación con los empresarios, los industriales, los comerciantes y las centrales obreras; lideradas por el Presidente de la República. Y replicarse en cada uno de los entes territoriales; que conduzca a reducir la galopante desocupación, la falta de oportunidades y enarbolar la bandera del empleo y el trabajo formal, honesto y decente.
La organización, modernización y funcionamiento del aparato estatal, no necesariamente tiene por qué implicar una reducción de la nómina, puesto que disminuye el tamaño. Pero las funciones pueden terminar realizándose mal. Esto tiene dos implicaciones básicas y tienen que ver, con el crecimiento del desempleo, subempleo, informalidad y la desprotección de los trabajadores, así como con el deterioro de la calidad de los servicios que se prestan.
Mientras nuestros dirigentes y gobernantes no evidencien vivo interés por solucionar esta problemática; los monopolios, las multinacionales, los grandes industriales, comerciantes, inversionistas y capitalistas; aprovechan la crisis de empleo, para despedir trabajadores, precarizar salarios y su forma de pago, los horarios laborales, obtener exoneraciones y rebajas de impuestos y convenir concesiones y privatizaciones. Siendo
la desocupación en criterio de los expertos, uno de los principales detonantes de la bomba social e inseguridad que debe combatir el Estado.
Hay que asimilar que en nuestra Constitución, el trabajo es definido como una obligación social y un derecho que goza de la protección especial del Estado, donde toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas, justas y decorosas. También hay que acabar la costumbre empresarial de exigir al Estado la democratización de las pérdidas y privatizar las utilidades.
En fin, ante la grave crisis económica, social y ética que también afecta a Cartagena, es preciso, que el Alcalde Manolo Duque, en simbiosis con todos los sectores; tome decisiones estructurales e integrales que vuelvan la gente productiva, que les permita generar ingresos suficientes, poder incrementar la demanda, derrotar la pobreza y la exclusión social imperante. Con tantos hombres, mujeres y jóvenes desocupados; la inseguridad, la corrupción y la ilegalidad; tienen con qué hacer su caldo de cultivo. Problemática que en conjunto se expresan en el deterioro de las relaciones sociales con la familia, la sociedad y el Estado mismo. Es momento histórico propicio para que los aspirantes al Congreso y Presidencia, planteen alternativas viables de solución a esta asfixiante problemática.
Autor: Benjamín Maza Buelvas.