En nuestro Distrito Especial, no sólo gente del común, sino es inaudito, que también algunos reconocidos dirigentes de la ciudad, quieran subestimar la gran significación y trascendencia que tiene la pronta realización de elecciones atípicas para Cartagena de Indias. Con el inconsistente argumento que los cartageneros no saben elegir, que son muy costosas y que la mayoría de los Precandidatos tampoco son confiables. Que es mejor regresar al pasado, donde los Alcaldes eran nombrados a dedos, y que el encargado concluya este período institucional. Qué postura tan inconcebible y retrógrada. Sería un total retroceso.
Pero es que el Presidente Juan Manuel Santos Calderón, tiene que reconocer a la ciudadanía, al soberano pueblo; su derecho y deber indelegable de elegir en forma libre, legítima, autónoma y democrática, a su nuevo Alcalde en propiedad. Con el firme e irreversible propósito de acabar con la interinidad reinante y la usurpación por más tiempo del cargo.
Brindándole así, la oportunidad al elector primario de elegir un Buen Alcalde, que comience en este corto período de mandato, a sentar las bases que superen la crisis de gobernabilidad, que tanto nos asfixia e implemente verdaderas políticas públicas y estrategias administrativas adecuadas, plasmadas en su Programa de Gobierno, y que sirvan para reorientar correctamente el rumbo de Cartagena.
Por ello, planteamos en su momento, que lo más razonable, que debió decidirse era la convocatoria a elecciones, dentro del mismo decreto de aceptación de la renuncia del cargo al exalcalde, Manolo Duque, del pasado 7 de noviembre de 2017. Pero no se hizo, y se ha venido dilatando en forma injustificable y sin explicación legal convincente; la expedición del decreto de convocatoria. Pero al fin, por medios periodísticos, se ha sabido que termina la incertidumbre, porque dicha convocatoria, se expedirá en estos días y la elección se hará en el mes de abril.
Lo cual reduce mucho más el período del nuevo Alcalde Distrital y se mezcla así, la campaña de elecciones atípicas de Alcalde; con las de Congreso y Presidente de la República; sin ninguna necesidad, ya que pudo convocarse a elecciones perfectamente, para finales del presente mes de enero. Y no es cuestión de que el Presidente quiera o no convocar, sino que es imperativo hacerlo, ya que el poder del pueblo y la ley, están por encima de la voluntad del Presidente.
Su indiferencia hacia Cartagena es algo inexcusable; con tanto renombre que a nivel Nacional e Internacional registra nuestra ciudad. Además siendo Cartagena la Sede Alterna de la Presidencia y de la Cancillería, y con las muchas más dignidades que tiene; no es justo tanta desidia.
Ahora si el pueblo elige o no, un Buen Alcalde; un Alcalde escogido en conciliábulos cerrados, para que trabaje y sea títere de los de los mimos con las mismas vainas. O si por el contrario, las Fuerzas Vivas de Cartagena, sin exclusión ninguna, se unen, organizan y deciden elegir en forma contundente un Alcalde de Consenso, que lidere el gobierno entre todos y todas, que actúe y administre siempre en beneficio de todos los sectores. Luego, tenemos el imperativo histórico de elegir un Alcalde sinceramente comprometido con Cartagena y su pueblo, con capacidad de gestión y produzca los resultados esperados.
Que quede claro, que en Democracia, como en Educación, no debe existir austeridad en el Gasto Público. Porque es la más valiosa inversión, la clave del desarrollo armónico sostenible y competitivo. Si no existe Democracia y buena Educación, no avanzamos. Así que la decisión, depende esencialmente del despertar y conciencia del mismo pueblo.
Porque suele ocurrir que todo aquél que cuenta con poder económico o considera tener el respaldo de los Caciques Políticos, y de los denominados Financistas; sin demostrar arraigo en las masas, ni contar con los méritos y calidades necesarias y suficientes, para merecer tamaña dignidad; se cree con el derecho de ser Alcalde Distrital. Pero no bastan los requisitos, se requieren cualidades y cumplimiento de los compromisos.
Entonces, la ciudadanía, debe exclamar mil veces no; porque nuestro Alcalde Distrital, es uno de los Servidores Públicos a elegir, más importantes del país, después del Presidente de la República y del Alcalde de Bogotá D.C. Por la connotación que tiene esta singular e incomparable ciudad. En este gran propósito de ciudad, las Organizaciones Sociales, la clase trabajadora, la Academia, los Docentes, las Mujeres, la juventud, las Organizaciones comunales en especial, tienen que ser protagonistas y determinantes, porque el logro de este fin Superior lo amerita. Por tanto, necesitamos una Clase Política y un pueblo que esté a la altura de nuestras circunstancias.
Por: Benjamín Maza Buelvas