En Cartagena existe un profundo descontento, porque los últimos Alcaldes no han logrado cumplir las expectativas esperadas y la crisis se ha agravado, por la interinidad reinante, al no aplicarse verdaderas políticas públicas de gobierno, ni líneas estratégicas apropiadas que la superen y permitan Mayores Inversiones Sociales.
Esto evidencia, que así no podemos enrumbarnos por el camino correcto. Por lo que urge, que el Presidente Santos convoque, hoy más que ayer, a elecciones ya, porque tenemos el derecho, la libertad, la legitimidad y la autonomía indelegable, de elegir nuestro Alcalde en propiedad.
Es irrefutable afirmar, que a los cargos públicos deben acceder siempre los mejores hombres y mujeres, sin importar el estrato socioeconómico; con el fin de poder definir e implementar la transformación de las instituciones en eficientes, eficaces, efectivas y transparentes; lideradas por verdaderos Administradores del Tesoro Público, convencidos de la trascendencia del servicio a la ciudadanía, sin exclusión, ni discriminación alguna. El Talento Humano es esencial y determinante para el desarrollo de un buen gobierno.
Infortunadamente, el elector primario, se viene equivocando en la decisión de elegir a gobernantes; cuyas mentes estaban presuntamente obnubiladas, por la ambición de lograr objetivos no muy claros, al decir de las investigaciones, adelantadas por los entes de control y judiciales; siendo así, incoherentes e inconsecuentes en su proceder, pues no tuvieron el menor reparo en implementar prácticas impropias, desoyendo el clamor popular; con espíritu bastante inconexo, basados en dudosos intereses; y en consecuencia, no han gobernado por amor al interés del pueblo, sino a su insaciable sed de quien sabe qué propósitos. Por lo que nuestro reto, es elegir un Alcalde confiable.
Es el mismo pueblo, quien tiene que sopesar la voluntad política y la vocación de servicio de los candidatos, para poder interpretar su trayectoria y la coherencia entre lo que prometen y lo que efectivamente pueden cumplir; porque después no hay autoridad para lamentarse. Es cierto, que así como se logra sentir la respiración y el latido de una criatura; se puede captar el sentir, los objetivos, la honestidad, la sinceridad, la sensibilidad social y la intención de los candidatos; que generan confianza en las masas. Nuestro vehemente llamado, es a aquellos indiferentes y abstencionistas, a votar por el mejor del momento.
Tenemos el imperativo histórico y patriótico, de recuperar la actitud y decisiones positivas de nuestros gobernantes y dirigentes; cultivar credibilidad, legitimidad y confianza en nuestras instituciones democráticas; para asegurar la gobernabilidad perdida; porque muchos han preferido la adhesión sumisa al poder mediático; antes que defender con dignidad sus principios, su ética, convicciones e intereses de Cartagena y de la gente que los eligió y empoderó.
Para ello, se requiere que el nuevo Alcalde, implemente el Trabajo en Equipo y sea capaz de disputarse en el ámbito nacional, los espacios institucionales y las oportunidades; que nos ha ganado el Centralismo Dominante, por la falta de unidad y compromiso para recobrar: el liderazgo, la credibilidad, la confianza, la legitimidad y la gobernabilidad perdida; con el máximo objetivo de conseguir los recursos necesarios y suficientes, que combatan el flagelo de la corrupción, el desempleo, la pobreza, la exclusión, la inseguridad, la inequidad e injusticia social; que puedan garantizar el bienestar que se requiere.
En fin, el Alcalde Distrital que elijamos, debe tener talante, autonomía e independencia mental para tomar decisiones y actuar; con el apoyo, seguimiento y control social de las Fuerzas Vivas. Lo que obligará a que no se tuerza, no se elitice, no hipoteque el presupuesto público, ni sea títere de patrocinadores. Que tampoco olvide, que la actividad política debe enaltecer y no envilecer a los gobernantes y dirigentes.
Porque un Buen Alcalde, tiene que asimilar y aplicar, que sin salirse del marco legal; tanto el liderazgo, como la capacidad de gestión, la autoridad y el poder son para ejercerlos dignamente. Por eso, en sinergia, SÍ podemos superar esta grave crisis y empezar a lograr soluciones estructurales e integrales, iniciando por mantener la esperanza, la armonía, la crítica propositiva, la actitud positiva y la unión de esfuerzos y voluntades.
Por: Benjamín Maza Buelvas