La travesía de Luxor a Aswán te adentra en el corazón de la nación más antigua del mundo, la cuna de toda la civilización occidental. El impresionante Nilo, el rio más largo del mundo, es el sustento de toda la vida del desierto; deposita el fértil limo negro de su llanura de inundación y proporciona agua para los cultivos que crecen en ella. Mientras navegas por el paisaje agrícola intemporal del valle, flaqueado por empinados acantilados del desierto que se elevan hasta 550 metros de altitud, ante tus ojos se despliegan cinco mil años de historia.
Luxor, la antigua ciudad de Tebas, es el museo al aire libre más grande del mundo. Aquí se encuentra el estupendo templo Karnak, las tumbas del valle de los reyes y los colosos de Memnón. En la gran presa de Esna , el Nilo se transforma en un caótico bazar acuático en el que los locuaces comerciantes, en desvencijadas barcas, asedian a todo el tráfico fluvial, ofreciendo pañuelos, baratijas y souvenirs. El Horus, en Edfu es el templo mejor conservado de Egipto. En la ribera de KomOmbu se alza otro maravilloso templo con preciosos relieves que nos recuerda lo antigua que es esta tierra.
La encantadora ciudad sureña de Aswan es un remolino de nuevas sensaciones; los intensos colores, los aromas de los zocos y los altos gráciles nubios de la región te muestran la cara más pintoresca del Nilo. Y todo aquello adornado por palmeras mecidas por el viento, dunas doradas y falucas de velas blancas (tradicionales barcas de vela de madera). Aquí el rio está salpicado de varias islas preciosas. Elefantina, la más grande, es uno de los asentamientos más antiguos de Egipto. A poca distancia rio arriba se encuentra una de las seis cataratas del rio Nilo, la presa de Asuán y el lago Nasser: frontera de Egipto y puerta de entrada a África.
Por: Nena Botero de Giha
Gerente General Tourism Hotels Inmobiliaria.