El alegre paseo de ocho kilómetros desde el elegante mercado de Portobello hasta el anárquico y alternativo mercado de Camden por los canales de Londres revela aspectos muy variopintos de esta metrópolis esquizoide; una ciudad que tiene de todo para todo el mundo, en la que la riqueza y la inmundicia se entremezclan en un gran mejunje de estilos, culturas y credos.
Después de haraganear por las pintorescas tiendas de antigüedades y los puestos de ropa, y de charlar con los vendedores ambulantes de Portobello, camina hacia el norte pasando por el mercadillo de Golborne Road, donde los viejos vendedores de chatarra de Londres, las pastelerías portuguesas y los puestos de comidas marroquí compiten por la clientela. Después dirígete hacia el Canal Gran Unión.
La Torre trellick se alza amenazadora al frente; un premiado monolito de treinta y un pisos de hierro y hormigón, que esboza un mal disimulado homenaje al nihilismo urbano de los años setenta. En un triunfo del espíritu de Londres sobre la adversidad, a sus pies hay jardines comunitarios perfectamente cuidados. Escápate por el camino de arrastre del canal, un refugio de calma rural tras la algarabía del mercado con alguna barca ocasional que pasa resoplando, cisnes que nadan serenamente en parejas y alguna elegante garza en el cielo. Siguiendo hacia el este, de repente el paisaje urbano de Hormigónse transforma en otro mundo gracias a las preciosas villas victorianas, las estrechas barcazas de vivos colores y los sauces llorones de Little Venice.
Donde termina el Gran Union, en los relucientes embarcaderos de acero y los brillantes edificios comerciales de Paddington Basin – iconos de la anomia postmoderna -, empieza el canal Regent’s. Sigue tu camino por la mugrienta Edgware Road y cruza húmedos y oscuros túneles, bajo el puente del ferrocarril, a lo largo de los destartalados amarres de los heterogéneos moradores de los canales. Finalmente, acabaras saliendo a una zona digna de un cuento de hadas: los relucientes palacios del periodo de regencia de estuco blanco, unos preciosos prados y cortinas de vegetación que caen sobre el agua. Sigue el camino hasta la falda de la Primrose Hill; ataja por el zoo de Londres y por la parte trasera de las elegantes terrazas victorianas. Finalmente zambúllete en la subcultura de Camden Lock, el mercado callejero más moderno de Londres, donde tendrás una verdadera inyección de vigorizante energía urbana.
Por: Nena Botero de Giha
Gerente General Tourism Hotels Inmobiliaria.