La mejor manera de no desgastar la suela de los zapatos cuando visitas París es tomar el bus 38, que de sur a norte, pasa por el centro de esta romántica capital. En este agradable trayecto, el viajero no solo admira monumentos famosos, sino también el bullicio de la ciudad.
La antigua puerta suroriental de París, La Porte d`Orleans, es el punto de partida de los buses verdes de un solo piso de la línea 38. Desde allí pasan por la Iglesia de San Pedro de Montriuge y la soberbia entrada del metro de MoutonDuvernet. El observatoire de París, con sus preciosos jardines, creado por mandato de Luis XIV, el Rey Sol y parece lógico que el primer mapa de la luna se dibujara aquí. Fíjate en la elegante La Closerie des Lilas, un restaurante que en el pasado, frecuentaron personajes como Verlaine, Lenin y Ernerst Hemingway.
La línea 38 pasa por el palacio y los Jardines de Luxemburgo, del siglo XVII, construidos para una nostálgica reina italiana. A poca distancia se encuentran el Panteón, donde están enterrados muchos de los ciudadanos más destacados de Francia, y la Soborna, donde la mayoría de ellos estudiaron.
Hay una pausa en tu trayecto en Saint-Michel (la plaza y el bulevar son famosos puntos de encuentros), después pasea por el Rio Sena hasta la Île de la Cité y deléitate con la catedral de Notre Dame a medida que te acercas a ella, antes de tomar otro bus de la línea 38 delante del histórico Palais de Justice, que pasa por el Hôtel de Ville y llega a la terminal en la rue de Victoria. La mitad de los buses terminan aquí su trayecto.
Por: Nena Botero de Giha
Gerente General Tourism Hotels Inmobiliaria.