La cordillera blanca del centro de Perú es la cordillera tropical másalta del mundo. Con veintinueve cumbres por encima de los seis metros de altitud, su paisaje de picos nevados, glaciares, lagos, ríos y tundra pelada es de los más espectaculares de los Andes. Es un imán para escaladores y senderistas expertos, pero su belleza sin igual también se puede apreciar desde los cientos caminos de caballos que recorren sus valles y pasos, unas vías que utilizan los ciclistas de montaña. En la cordillera hay muy pocas restricciones para esta actividad, así que, un buen guía, la ruta que elijas depende exclusivamente del tiempo que dispongas.
Existe un circuito clásico de siete días que pasa junto a la laguna Querococha, supera la línea divisoria de las aguas hasta llegar a las extraordinarias ruinas arqueológicas de Chavin de Huantar, pasando por el altiplano del valle Concuchos. El largo ascenso de regreso te lleva hasta el paso del Portachuelo de Llanganuco, a 4750 metros, y a la que se considera mejor vista de Sudamérica. Con los Andes al fondo envueltos por la bruma, tienes la sensación de poder tocar con los dedos los picos Nevado Huascarán, Chopicalqui, Chacraraju y Huandoy. Después te lanzas aun descenso increíble junto con los lagos de Llanganuko hasta llegar al final de la ruta, a 2500 metros de altitud en Yungay.
Te puedes aclimatar en Huaraz, alrededor de los 3090 metros de altitud, el centro del ciclismo de montaña y del senderismo en el valle del callejón de Huaylas. Puedes explorar los pueblos mientras desciendes el valle Huaripampa, seguir el Ulta en un ascenso hasta el paso olímpica, desde donde hay un emocionante descenso hasta San Luis. Luego visita los lagos glaciares repletos de focas y garzas, tómate un descanso y date un baño en una fuente termal de la garganta del rio Quercos. Y todo ello con el telón de fondo de las más bellas montañas de Perú. La cordillera blanca te hará sentir que has reinventado el ciclismo de montaña.
Por: Nena Botero de Giha
Gerente General Tourism Hotels Inmobiliaria.