La defensa de los derechos humanos constituye un conjunto de acciones solidarias realizadas por organizaciones no gubernamentales para favorecer el desarrollo, la protección de los intereses y de aquellos sectores sociales que sufren exclusión social y política. Es la actividad más presente en la acción humanitaria, la cual desarrolla planes de emergencias para abordar crisis humanitarias consecuencia de le violación de los derechos humanos. Por lo tanto, no se trata solo de suministrar ayudas de bienes básicos de subsistencia, sino también la idealización de planes que defiendan los derechos de aquellos que no tienen voz.
Las acciones de estas organizaciones son la defensa legal de víctimas de violaciones de derechos humanos, defensa de los derechos de los pueblos indígenas, investigación y recopilación de datos sobre atentados contra los derechos humanos, denuncia de la pasividad de muchos gobiernos ante la falta de derechos humanos, propuesta de nuevas leyes y Convenios internacionales, presión política, educación en derechos humanos y un sin número de ítems que con lleva a una sola palabra: Solidaridad.
En Barranquilla, con la fundación Emprendedoras Solidarias en cabeza de la señora Liliana Miranda sucede todo lo contrario a la descripción de lo que menciona el trabajar con derechos humanos, esta ONG presuntamente denigra, divulga todo en contra de la protección del buen nombre y de la honra de las personas, Por eso no es sorprendente que las organizaciones no gubernamentales (ONG) que se ocupan de salvaguardar los derechos humanos se hayan centrado siempre en cómo los Gobiernos aplican (o violan) las normas universales o zonales relativas a los derechos humanos impartiendo la destrucción del patrón de violencia de genero.
La ambivalencia jurídica y conceptual en lo que respecta a las fuerzas no gubernamentales no es exclusiva de las ONG, no son fundaciones para juzgar y dar conceptos evocando una ignominia a la sociedad.
Las propuestas que se plantean a diario se basan en el carácter irreductible de los derechos de las mujeres y de hombres, en la obligación del Estado de protegerlos y garantizarlos, y en la convicción de que el respeto de los derechos humanos también es una condición esencial para el desarrollo de nuestros países y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. Se plantea, asimismo, la necesidad de analizar el tema de los derechos humanos y de la violencia de género desde una perspectiva que ofrezca posibilidades de cambios culturales estructurales que conlleven el respeto de los derechos de las mujeres y los hombres y cuestionen la inevitabilidad de la violencia en las relaciones de género tal como pasa con esta fundación en la ciudad de Barranquilla. PREDICA, PERO NO APLICA.
Por: Nena Botero de Giha
Gerente General Tourism Hotels Inmobiliaria.