Se ha anunciado que este jueves 28 de diciembre se tomará la decisión sobre el incremento del salario mínimo mensual legal, para el año 2018. Pero se presagia que se hará unilateralmente por decreto, como suele hacerse. Porque la distancia entre la petición unificada del 9% de las Centrales Obreras y la de los Empresarios de apenas el 5.1%. Dificulta grandemente el logro de un acuerdo digno, justo y razonable, por parte de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales. Acuerdo que tanto requiere el país, en este momento crucial de reconciliación y de construcción de Paz.
Comisión de Concertación que es de dos contra uno. Porque el Gobierno no sólo comparte el criterio empresarial, sino que es más tacaño que ellos; teniendo Ministros de Hacienda de la catadura de Mauricio Cárdenas. Con su embeleco de que “el incremento del salario mínimo aumenta la inflación, desmotiva el empleo, disminuye el crecimiento de los demás sueldos y perjudica la demanda interna”. Siendo así, casi unánime el rechazo nacional al pírrico incremento.
El Desempleo y bajos salarios, ha sido el peor azote que padece el pueblo colombiano. Mientras nuestros Gobernantes y Dirigentes no demuestren interés y compromiso por resolver este grave problema; los monopolios, capitalistas, los grandes industriales, comerciantes, inversionistas y multinacionales; aprovechan la crisis para despedir trabajadores, precarizar los salarios, obtener excepción y rebajas de impuestos y convenir concesiones y privatizaciones. Siendo el desempleo y falta de oportunidades, uno de los principales detonantes de la inseguridad y violencia que debe combatir el Estado.
Apremia instaurar el trabajo digno y productivo en Colombia. Significa contar con oportunidades de un trabajo que sea decente y fructífero, y que produzca un ingreso digno, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración a la sociedad, libertad para que la gente exprese sus opiniones, organización y participación activa en las decisiones que afectan sus vidas, e igualdad de oportunidad y trato para mujeres y hombres.
Se requiere que las sociedades le ofrezcan a sus ciudadanos, a todos; no sólo a algunos; las oportunidades para que ellos mismos salgan adelante, y el medio para lograrlo es el empleo digno: remunerado, estable y con seguridad social. Es allí hacia donde se dirigen las verdaderas alternativas, para la mejor redistribución de los ingresos y beneficios del desarrollo armónico sostenible y competitivo.
La Responsabilidad Social Empresarial, es el hacer negocios basados en principios éticos y apegados a la ley. La empresa – no el empresario – tiene un rol ante la sociedad, ante el entorno en el cual opera. La decisión de hacer estos negocios rentables, de forma ética y basada en la legalidad es realmente estratégico, ya que con esto se generará: Mayor productividad, lealtad del cliente, acceso a mercados, credibilidad y confianza.
Los cambios generados a nivel internacional en el entorno de negocios han desplazado el enfoque tradicional de la empresa basada en los accionistas, por el enfoque de los grupos de interés, bajo el cual se asume que las empresas no rinden cuentas única y exclusivamente a sus accionistas, sino que también deben tomar decisiones compartidas con todos los actores sociales de su entorno: Trabajadores, proveedores, clientes, gobiernos nacionales y regionales, departamentales, locales, consumidores y organizaciones sociales, entre otros.
Es imprescindible e inaplazable, que las empresas cartageneras y colombianas, interioricen y apliquen, que compartir las riquezas y jugosas utilidades, es tanto o más importante que la acumulación de Capital; que es justo que todos los componentes que generan el incremento de las mismas, obtengan beneficios proporcionales. Es inconcebible, que el Estado permita que las empresas privadas sólo socialicen las pérdidas, pero privaticen las utilidades. Tenemos que privilegiar el Ser y no el Tener. Es imprescindible, mejorar las políticas de generación de empleo, salarial y laboral, principalmente para jóvenes y mujeres menores de treinta años.
Por eso y mucho más, los electores tienen la imperiosa necesidad histórica de reflexionar antes de votar, para Congreso y Presidente de la República, para no volverse a equivocar. Deben exigir Rendición de Cuentas Claras de la gestión y discernir con claridad, cuál es la mejor opción que colme las expectativas del pueblo, porque existe la percepción que los Congresistas y Presidente de la República, cuando son elegidos, sufren de amnesia y se olvidan como por encanto de los compromisos adquiridos con la comunidad y sólo recobran la memoria cada cuatro años, usando la misma retórica y sofisma de distracción, para manipular y seguir engañando a incautos.
Por: Benjamín Maza Buelvas