La Policía Nacional a través de la Dirección de Antinarcóticos mediante los trabajos adelantados en las terminales marítimas del país, logra ubicar una cantidad considerable de clorhidrato de cocaína después de recibir información confiable sobre movimientos sospechosos en una de las cargas que sería embarcada en un buque con destino Europa.
Con los datos aportados se da inicio a una verificación del interior de los contenedores ubicados en los patios de aforo, desde donde remolques trasladan hasta las grúas la mercancía, para ser introducidas a los buques.
El contenedor perfilado había sido inspeccionado por las autoridades en el puerto, una inconsistencia en los sellos de seguridad fue clave para determinar que en el patio había sido violentado para adulterar la carga revisada.
Este procedimiento ilícito lo realizan algunas personas al servicio de las organizaciones narcotraficantes, quienes en horas de la noche contaminan la carga a exportar, se acercan hasta los contenedores rompen los sellos y abren las puertas, en una maniobra rápida lanzan dentro de la bodega varias tulas en lona con la droga, después del “preñado” como se le llama a esta acción, restauran el sello poniendo uno falso con las mismas características.
Las autoridades encontraron 214 kilos de clorhidrato de cocaína en paquetes rectangulares, esta sustancia estaba empacada y forrada con cinta de enmascarar.
Los perfiladores de la Policía Antinarcóticos analizaron las guías de la ruta que llevaría el buque hasta Europa, el contenedor con la mercancía seca que cargaba era esperado en el puerto de Hamburgo, en Alemania.