Dos artistas del Caribe colombiano son los ganadores de la convocatoria ‘Túnel de Escape 2018’

Etcar

El artista momposino Alfonso Suárez Ciodaro y la cartagenera María Posse Emiliani fueron seleccionados por el jurado para realizar una exposición en el Baluarte de Santa Catalina, en las murallas del Centro Histórico de Cartagena.

El jurado, conformado por Clemencia Echeverri, Jaime Iregui y Eduardo Polanco, eligió los proyectos ‘Hombre de Dolores’ y ‘El Barco: Historias de Migración’ como ganadores de la Beca para exposiciones en el espacio del Aljibe y la Casamata del Baluarte de Santa Catalina en las murallas del Centro Histórico de Cartagena, convocatoria que hace parte del Programa Nacional de Estímulos del Ministerio de Cultura y la Escuela Taller Cartagena de Indias (Etcar). Cada artista recibirá 30 millones de pesos para la producción de su proyecto.

Estos estímulos buscan que los proyectos refieran, narren, susciten y reflexionen sobre el quehacer caribeño, su historia e idiosincrasia, teniendo en cuenta el cuidado y la pertinencia histórica y patrimonial del espacio.

Los ganadores

Alfonso Suárez

Nacido en Mompox, Bolívar. Inició su trabajo artístico autodidacta desde muy niño en las riberas del río Magdalena. En 1982 comienza a exponer su trabajo de Arte del Cuerpo y desde 1990 es docente en la asignatura de Técnicas de Performance en la Escuela de Bellas Artes de Cartagena (Bolívar). Fue ganador del Primer Premio del Salón Nacional de Artistas en 1994, como un pionero de una nueva expresión de arte en el país. Entre sus distinciones se encuentran varios galardones en el Salón Regional de Artistas Zona Norte, con sus obras ‘El Ribereño’ (1997), ‘100% Frágil’ (1995) y ‘Visitas y Apariciones’ (1993); Primera mención honorífica en el X Salón de Arte Fotográfico Duchamp – Warhol en Medellín, y Mención de honor en el XXX Salón Anual de Artistas Colombianos Museo Nacional de Bogotá.

Acerca de su obra – Hombre de Dolores: mediante el empleo de su propio cuerpo como lenguaje, el artista realiza un performance en donde pone el dolor del país y su propio dolor en escena, exhumando imágenes persistentes, tabúes, mitos, íconos de la cultura popular y de nuestra estructura ideológica. El inconsciente colectivo, el imaginario popular, las paradojas del tejido social, es el laboratorio de historias idílicas, épicas o trágicas.

El artista se expone indefenso, soportando un peso sobre sus hombros, susceptible a toda flagelación, este es el hombre colonial pero también el contemporáneo: el dolor está presente en distintas formas, en cada momento histórico. La puesta en escena, que está inspirada en los Nazarenos de la Semana Santa de Mompox, refleja todo el rictus religioso colonial de una celebración penitente.

María Posse Emiliani

Docente, cineasta y artista residente en Cartagena, Colombia. Tiene un PhD en la Universidad de Sydney (2016), estudió arte y literatura en la Universidad de los Andes (1996). Se involucró en la escena cultural y artística de Colombia, como video artista y escritora. En 1999 se mudó a los Estados Unidos donde obtuvo un M.F.A en Cine, Video de la Escuela del Instituto de Arte de Chicago (2001). Fue profesora asociada de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Tecnológica de Bolívar 2005-2010 en Cartagena. Proyecciones y exposiciones: ‘Nueva narración de historias fácticas’, UC (Canberra); Chicago Latino Film Festival, Ethnofilm Festival (Berlín), Women In The Director’s Chair, WIDC (Chicago), Portobello Film Festival (Londres) Asakusa Knot Project (Osaka), Festival Internacional de Cine de Cartagena, Festival de Documental Ambiental, Salón Nacional de Artistas – Ministerio de Cultura de Colombia y Museo de Arte Moderno de Medellín.

Acerca de su obra – El Barco: Historias de Migración: la artista realizará una serie de videos, e instalará un barco y unas canoas para realizar una video–instalación in situ en el espacio del Aljibe y la Casamata. Será una selección de tres historias de migración que simbolicen multiplicidad, que incluyen barrios tradicionales históricos e islas aledañas.

La intención principal es que el visitante sienta que penetra la historia, la memoria, lo inconsciente, para hacerse preguntas sobre su identidad y el presente. Todo esto a partir de juegos de luz y sombra, sonidos y una serie de proyecciones de video sobre las paredes, y el agua. Reflejos del agua, sonidos, voces, narrativas, rayos de luz, proyecciones desde cuatro canoas flotantes y sobre la vela de un barco arquetipo que será ensamblado en el lugar. Los espacios integrados por las proyecciones de agua y los personajes de los videos, escenas diversas que describen las historias de migración desde una perspectiva inversa; serán transformados en una memoria colectiva sobre la identidad.

Sobre las Fortificaciones de Cartagena de Indias

Las Fortificaciones de Cartagena de Indias son consideradas desde 1984 Patrimonio Mundial de la Humanidad. Por ello han venido siendo conservadas desde entonces por diversas instituciones para preservar su memoria histórica. Hoy en día, esta conservación está a cargo de la Escuela Taller Cartagena de Indias (Etcar), y es en ella que se vigilan las acciones que se deben tomar para garantizar su sostenibilidad, y a su vez que mantenga su equilibrio con respecto a los avatares propios de la naturaleza y en ocasiones por las “erosiones” causadas por quienes a diario las “habitan” o frecuentan.

Es conocido por todos que las Fortificaciones de Cartagena son “intocables”, en el sentido de la intervención física a las mismas, y que dicho argumento va en contravía con el recorrido que puedo tener a través de ellas. Es decir: pocas personas se sienten invitadas a interactuar con las murallas, pocos reconocen en las murallas un lugar vivo que todavía tiene muchas historias por contar. La relación que existe entre las murallas y el público, es parecida a la que se tiene con un archivo muerto: es distante y a veces fría.

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