A pesar que no se alcanzó el umbral estipulado por las normas, especialmente la ley estatutaria 1757 de 2015, para la validez de la Consulta Anticorrupción, la votación del pasado domingo 26 de agosto fue significativa, lo que indica que el proceso de empoderamiento y aplicación de la Democracia Participativa va lento, pero en ascenso y con firmeza. Tanto que la clase política y en particular los corruptos, están preocupados, no han podido desconocer que el pueblo se está pellizcando, despertando y creciendo en conciencia progresivamente. A lo cual ellos le temen enormemente. Los resultados fueron inesperados para ellos, porque apostaron a su rotundo fracaso.
Imposible ignorar más de 11.700.000 de votos. Muchos más que los de Duque. Faltaron sólo 400.000 votos para validar la Consulta, según el conteo de la Registraduría. Validez que todavía no está descartada, porque después de los escrutinios finales, será el Consejo Nacional Electoral, quien determinará si se llegó o no, al número total de votos requeridos. Es decir, mínimo la tercera parte del Censo Electoral Nacional. Son conocidas ampliamente todas las talanqueras que obstaculizaron esta Consulta. Empezando porque desde el mismo gobierno Central y en los Territoriales, no se evidenció voluntad política, por celos infundados, afán de protagonismo y los cálculos en las próximas elecciones.
La voltereta acostumbrada del expresidente, jefe máximo del CD, y a quien muchos siguieron ciegamente. La cadena de desinformación, cizañas y mentiras que se repetían como loros en los medios de Comunicación y Redes Sociales; la falta de recursos de campaña; la pasividad de los partidos, sin cuñas de radio y TV., sin transporte, sin financiación estatal. Sólo acudiendo a Redes Sociales y campaña frente a frente; para poder seducir y convencer a la familia, amigos, vecinos, colegas, etc. Aunque el Presidente Duque dijo a última hora que votaría la Consulta. No aclaró como votaría, ni motivó a nadie. La Consulta que pretendía endurecer el castigo a la corrupción política en el país, se hundió por estrecho margen en las votaciones de este domingo. Lamentable el voto costeño y de otras zonas. Hizo daño la indiferencia, apatía, conformismo, abstención e inacción. Influyó el bajo nivel de cultura política de la mayoría de la ciudadanía que no vota. Que no asimiló que el flagelo de la corrupción no tiene ideología, es un problema que hay que acabar definitivamente.
Esas 7 preguntas había que marcarlas indudablemente que SÍ, para convertirlas en Mandatos al Gobierno y al Congreso. Pero no hay que desfallecer. Únicamente se aplazó. La clase dirigente de los sectores público, privado y social; tiene que comprender y aplicar que son elegidos y empoderados; es para servirle al pueblo, no solamente para servirse ellos, su familia y sus amiguis. Votar 7 Veces SÍ, era una responsabilidad y compromiso político, democrático y moral de todos y todas los ciudadanos colombianos. Porque de la corrupción, sólo se benefician, se lucran los corruptos. Pero la gente libre y decente, todavía somos mucho más. Así que si no se alcanzó el umbral ahora, hay que seguir en la lucha, insistir, persistir y jamás desistir de derrotarlos civilizadamente en las urnas.
Entonces, al conocerse los resultados de la Registraduría, que aún deben ser promulgados por el Consejo Electoral; el Comité Promotor de la Consulta Anticorrupción, intenta reunirse con el Presidente Duque y voceros de las Bancadas del Congreso, con el propósito de tratar de concertar el trámite de los puntos de la Consulta, por la vía parlamentaria, pese a la histórica resistencia y negativa del Congreso, a legislar de forma rigurosa e inflexible, contra las malas costumbres y prácticas políticas y administrativas y hechos de corrupción. Luego, la votación de la ciudadanía libre del país. Le da una orden y mandato claro y contundente a los tres poderes públicos de Colombia, para que tengamos las normas apropiadas y las hagan cumplir conforme lo quiere, lo necesita y lo merece nuestra Nación y su pueblo.
Por: Benjamín Maza Buelvas