Es de todos conocido que cuando se habla de la creación, el concepto humano es el del caos o el Big Bang, cosa mas errada ya que el creador, el padre supremo, no es caos ni desorden. El origen del orden universal no puede proceder de esta presunción humana limitada al pensamiento de un ser creado por Dios y a su vez limitado por sus procesos evolutivos que tomaran millones de años como lo esta demostrando la historia de la humanidad.
Retomando el rumbo conocemos por los estudios arqueológicos realizados, que el hombre, que de ahora en adelante lo llamaremos así, se enrumba en su proceso de desarrollo psicosocial fruto del temor producido por la incertidumbre de no poder controlar los acontecimientos externos en una lucha denodada para explicarse el por que del miedo a todo, a perder los animales, la cueva, la prole en fin lo que el considera su entorno, su reino.
Al llegar el miedo y dominar todo, su interior y exterior no le queda mas que confiar en sus fuerzas para tratar de derrotarlo y sentir en su intimidad que logra algo de calma o Paz con su acometido material de protegerse él y su prole.
No hay sobre el universo falacia de mas calibre; al trastocar su esencia divina, el hombre socaba en sus entrañas lo que no logra descifrar, no encuentra respuestas, soluciones a los axiomas que el orbe le impone y estando perdido en si mismo se pierde fuera de el. Sencillo, pero difícil de aceptar.
El polvo cósmico que se desprende de ese Big Bang nos abraza eternamente y viaja por el universo con nosotros a sus espaldas llevando solo el amor que es la fuerza sublime de libertad de plenitud de realización interior y exterior. Es ese nuestro destino fatal inexorable inevitable de este viaje sideral que solo comprende Amar y confiar en nuestra naturaleza divina, no hay mas, la humanidad se ha trasnochado durante siglos tratando de explicar lo sencillo con alegorías, y tal vez con raciocinios aun mas brillantes pero sin la esencia divina continua a la deriva.
No pretendo sabiduría exponiendo estas humildes ideas sobre la creación del universo, y como consecuencia del Homo Sapiems, solicito a nuestros lectores nos excusen si en algún momento puede parecer así.
Hoy emprendemos este viaje en compañía de nuestros amigos lectores quienes nos honran con su tiempo al dedicar unos minutos a esta lectura.
Para estos tiempos de reflexión e incertidumbre nada mejor que revaluar nuestro concepto personal sobre que es Dios.
Autor: Carlos Mario Messier.