Las elecciones atípicas de este domingo 6 de mayo, para elegir nuevo Alcalde Titular de Cartagena, son propicias para que el elector primario se pellizque duro, despierte, accione, vote bien y elija a la mejor opción de gobierno, comprometida a cumplir fielmente lo que necesitan, quieren y merecen los cartageneros. Es importante, que tengamos gestionando, gerenciando y gobernando a un auténtico Administrador del Bien Común; que interactúe con el pueblo y en favor del mismo pueblo. Que en consenso y sintonía con las Fuerzas Vivas de Cartagena, el gobierno departamental y nacional; lidere la cristalización del mejoramiento de la calidad de vida y bienestar del pueblo.
La gente debe reflexionar, actuar con sensatez política y tomar la mejor decisión, para Cartagena y sus comunidades. Porque no es un asunto de poca monta, lo que está en juego es la mismísima suerte de todos y cada uno de los habitantes del Distrito. Si queremos garantizar el triunfo de la mejor opción de gobierno; es imprescindible aunar esfuerzos y voluntades, capacidad de convencimiento al elector; comenzando por la familia, los amigos, los colegas, los compañeros de trabajo, los vecinos puerta a puerta, calle a calle, del barrio, la cuadra, etapa, manzana, corregimiento, caserío, Unidad Comunera, Localidad y en general de Cartagena; para asimilar las propuestas programáticas y tengamos la convicción y certeza de ganar las elecciones y el gobierno.
Llegó el momento de elegir un Alcalde auténticamente popular. Apoyemos a conciencia, sin dudas ni reparos, la elección de un Alcalde Distrital con la preparación, liderazgo, talante, carisma, honestidad, transparencia, sensibilidad social, vocación de servicio, solvencia ética y moral, capacidad de gestión y buenos resultados, humildad y grandeza; que logre hacer realidad las soluciones sociales, económicas, culturales, ambientales y políticas de Cartagena entre todos. Un Alcalde comprometido con los intereses colectivos, dispuesto a enfrentar y derrotar la inseguridad, corrupción, politiquería, clientelismo, desocupación, la falta de oportunidades, el desempleo, la mala calidad de la educación y salud pública, la pobreza, inequidad, discriminación, exclusión social, ineficiencia e ineficacia administrativa, etc.
Por eso, el pueblo debe elegir a, Andrés Betancourt, quien puede ganarle a las maquinarias, porque su reto fundamental es gobernar bien a Cartagena. Ojalá los otros candidatos se unan a esta propuesta alternativa con sabor a pueblo. Aquí los ciudadanos no se pueden volver a equivocar, eligiendo a sus propios verdugos. Si votamos mal pierde Cartagena y el pueblo. Hay que votar libre y autónomamente, con madurez política, con independencia mental y con la convicción de no improvisar. No podemos ser indiferentes, apáticos, conformistas ni abstencionistas; porque las decisiones que toman los gobernantes, afectan tanto al que vota como al que deja de hacerlo. Jamás venda el voto, porque es tan culpable el que lo compra como el que lo vende. Después quienes seguirán sufriendo serán tus hijos, nietos, biznietos y en general las nuevas generaciones.
Los cartageneros, debemos tomar la imperiosa necesidad histórica de apoyar en forma irrestricta e inaplazable al candidato del pueblo, que empiece a pagar la voluminosa histórica deuda social, que los gobernantes anteriores, le han venido negando y usurpando al pueblo de Cartagena. Los electores no nos debemos dejar deslumbrar y engañar con cizañas, prédicas demagógicas y sofismas de distracción, sino respaldar propuestas programáticas serias y viables, concretas, responsables, financiables, realizables, convenientes y necesarias.
La comunidad no puede continuar viviendo de sueños y de ilusiones fantásticas, sino luchar por la conquista y respeto de sus derechos y reivindicaciones esenciales. A los cartageneros nos debe importar mucho la trayectoria, la seriedad y valores humanos del próximo Alcalde Distrital, quiénes son sus acompañantes, sus financistas, sus asesores, su Equipo Multidisciplinario de Gobierno, su voluntad política. Para que no se vaya a torcer, no sea títere de nadie, administre bien el tesoro público y que tampoco nos vaya a prolongar esta indefinida crisis, incertidumbre, interinidad, desconfianza e ingobernabilidad.
Por: Benjamín Maza Buelvas