El nuevo Alcalde Distrital Titular, que los cartageneros elijan libremente, el día que el Presidente Juan Manuel Santos, se le obligue a cumplir con su compromiso de convocar a elecciones atípicas; debe regir con dignidad y lujo de competencia; los destinos de la ciudad y sus corregimientos, e interiorizar que, Cartagena exige inversiones sociales y humanas; porque las necesidades tienen al pueblo al borde de la exasperación. Por eso, debe gobernarse con actitud democrática y de corte social y humana.
No se justifica, es inconcebible, que nuestro Distrito Especial de Cartagena, con tanta notoriedad que tiene a nivel nacional e internacional, esté ocupando el deshonroso lugar de las Capitales más pobres, excluyentes y desiguales de todo el país. Porque a sus gobernantes y dirigentes les ha faltado grandeza. No han sabido aunar esfuerzos y voluntades, no trabajan en equipo, ni hacen las gestiones ante el Gobierno Central, para que asigne las partidas presupuestales necesarias y suficientes, para la Ejecución de las Obras y Servicios requeridos.
Por lo que ser Alcalde de Cartagena, no es cuestión de poca monta, se requiere mucho más, que el apoyo de la clase política. No basta el apellido, el linaje y el poder económico. Este es el desafío del elector, nuestra misión es exigirle a los partidos, movimientos y grupos políticos; que asuman con responsabilidad histórica y compromiso ineludible, el reto de respaldar y avalar al mejor Candidato a la Alcaldía; que nos garantice al pueblo, la opción de elegir consciente y libremente, la mejor alternativa que lidere los destinos de nuestra desamparada Cartagena, sumida en tan grave crisis de gobernabilidad.
La problemática de Cartagena es tan grave y compleja que el nuevo Alcalde Distrital, tiene la imperiosa necesidad de ser independiente y autónomo, pero incluyente; con el fin de poder diseñar y aplicar verdaderas Políticas Públicas y tomar decisiones cruciales e inaplazables que conduzcan a su efectiva superación; con el firme propósito de empezar a evidenciar sin más dilación los cambios anhelados. Porque esto tiene que cambiar. Hay que superar la crisis de gobernabilidad y avanzar significativamente hacia metas de desarrollo armónico sostenible y competitivo.
Apremia entonces, enfrentar con buen criterio, con voluntad política y administrativa; la problemática que asfixia a las comunidades; priorizando la lucha contra el flagelo de la corrupción, el desempleo galopante, la politiquería, la pobreza, la inseguridad ciudadana, la crisis en la calidad de la Salud y de la Educación Pública, los malos y caros Servicios Públicos Domiciliarios, la baja cobertura y calidad de Vivienda Digna, los problemas de Infraestructura Vial y de Movilidad Urbana, la crisis de gobierno y de autoridad, la carencia de independencia mental, la cristalización de los Macroproyectos, el retroceso del Proceso de Descentralización y de Participación Ciudadana y Comunitaria, la Desorganización, la Ineficiencia e Ineficacia Administrativa, la Crisis de Convivencia, de Principios y Valores, etc.
Es innegable, que para la solución de estos acuciantes problemas se requiere el concurso y el consenso decidido de las Fuerzas Vivas, de la mismísima ciudadanía, liderada y orientada por su nuevo Alcalde Titular. Sin ser títere de nadie. Por lo que, sin más retraso, es preciso, que todos los sectores dolientes y comprometidos en salvar a Cartagena, trabajen en sinergia, predominando el Bien Común. Para ello, se necesita dignificar el ejercicio de la política y el desempeño de los cargos públicos y privados; procurando transformar la conciencia de las personas, rescatar la credibilidad, la legitimidad, el liderazgo perdido y la confianza en nuestros gobernantes e instituciones.
Pero como los recursos presupuestales de carácter Distrital son insuficientes, porque gran parte, están comprometidos en funcionamiento y en amortización de la altísima deuda; es imprescindible complementarlos con recursos departamentales, nacionales y de cooperación internacional. En consecuencia, la ciudadanía debe elegir un Alcalde Distrital, que acierte en el escogimiento de su Equipo de Gobierno Multidisciplinario; anteponiendo siempre la capacidad, la idoneidad, la transparencia, la vocación de servicio, la honestidad y la sensibilidad social; antes que el amiguismo, la familiaridad, las recomendaciones, el tráfico de influencias y el pago de favores políticos pactados durante la campaña proselitista.
Benjamín Maza Buelvas