La comparsa, integrada por 44 menores que hacen parte del programa Trabajando por los Niños, desfilará llevando el mensaje de NO al trabajo infantil.
Con los sonidos del tambor que llaman a la cumbia y dejando ver toda su alegría por hacer parte de la fiesta del Carnaval de Barranquilla 2018, se llevó a cabo el último ensayo de 44 menores de edad que pertenecen al programa Trabajando por los Niños, de la Alcaldía Distrital de Barranquilla, y que cuenta con el respaldo de la primera dama del Distrito, Katia Nule.
Será el desfile del Carnaval de los Niños, el próximo domingo 4 de febrero, el escenario perfecto para que estos 44 niños, que anteriormente se encontraban trabajando en las calles de la ciudad, hagan el despliegue de su talento y habilidades culturales ante los miles de asistentes al evento.
La primera dama quiso ver, previamente, el espectáculo con el que abrirán el recorrido que, además de hacer gala de su talento, tendrá un mensaje de NO al trabajo infantil. Los niños deben estudiar, jugar y aprender, su lugar no está en las calles trabajando.
Durante el ensayo, la primera dama se dejó contagiar y dio indicaciones y recomendaciones a los pequeños, esos a quienes ella llama sus pechichones.
“No se imaginan lo emocionada y orgullosa que estoy, porque ustedes están haciendo lo que como niños deben hacer: estudiar, jugar, divertirse y vivir la niñez como debe ser, por eso deben sentirse orgullosos de haber transformado sus vidas, y que los asistentes nunca olviden que los niños no deben trabajar”, expresó Katia Nule.
La visita también fue aprovechada para hacer entrega de kits escolares para todos los niños vinculados al proyecto.
En la actualidad el proyecto de prevención y erradicación del trabajo infantil denominado Trabajando por los Niños beneficia a 120 niños y adolescentes con derechos amenazados, inobservados y vulnerados, que están en situación de trabajo infantil, especialmente los que están entre 6 y 18 años.
En este programa, los menores tienen un acompañamiento pedagógico, deportivo y cultural. Esta población convive con su grupo familiar o red vincular, de manera que el trabajo con sus familias es constante y se realizan distintas actividades con ellos para así fortalecerlos y convertirlos en los primeros garantes de los derechos de los niños y adolescentes.