Todos hemos escuchado alguna vez el rotulo de “Tontos Útiles”. El tonto útil es una especie de persona que camina empujada por otras en detrimento de la misma, es decir que sus impulsos son motivaciones de terceros y no necesariamente de una creación en particular. El tonto útil cobra especial papel protagónico en época de elecciones esté se vuelve presa fácil de ávidos candidatos que de una u otra forma le endulzan el paladar del oído con el signo pesos o puestos, que casi nunca se traduce en puestos de trabajo.
Lo triste de esta historia es que al interior de nuestros barrios, comunidades, organizaciones y juntas comunales nos enfrascamos en enfrentamientos políticos, de que fulano ofreció menos, que perencejo ofreció más; esto en lugar de fortalecer la unidad al interior del grupo hace es dividir más a las personas. Muchos de nuestros ciudadanos no comprendemos que sus altas autoridades y candidatos comparten la mesa con sus adversarios políticos, discuten temas que les incumben a ambos y se mofan de la ignorancia de sus electores.
Las campañas electorales son el inicio de una fiesta cívica, en la cual se pone de manifiesto el derecho al voto libre, en donde se fortalece la democracia y se ponen a prueba las instituciones del Estado. Es deplorable como candidatos se visten de un partido político, como si eso fuera una camisa, que se la quitan o se la ponen a su acomodo y antojo.
En ese orden de ideas se requieren verdaderos líderes. Ese líder debe ser una persona capaz de ejercer influencia sobre las actitudes o la conducta de otros individuos, en forma deliberada, honesta, transparente y sincera que los guie hacia ciertas formas de pensar o de actuar y que lo hace frecuentemente y no solo en época electoral, esa virtud debe ser percibida por los demás como una voz amigable o una fuente confiable de información y noticias, y cuyos puntos de vista son tomados como modelo por un grupo social o una comunidad.
Los líderes de barrios desempeñan un papel vital en la diseminación de nuevas ideas, valores y creencias. Por eso no pueden seguir siendo idiotas útiles de nadie y menos en época electoral. El camino es la unidad, para derrotar a esas mafias que nos tienen sucumbido en la más miserable de todas las pobrezas. La intelectual.
Perder la razón sin sentido es el común denominador de los TONTOS ÚTILES y de los cuales echan manos todas los candidatos unos más que otros, sin tener claro el porqué de ese apoyo político, ideológico o programático. Está confrontación ideológica bien puede dirimirse en la sensatez y la cordura del dialogo y el raciocinio de las buenas ideas… Ideas se combaten con Ideas. No con tontos útiles.
Hago una reflexión en este tema porque realmente es muy triste ver como líderes por razones que muchos conocemos, se venden al mejor postor, al que más dinero les da, al que le promete un puesto y ese puesto nunca llega. Está es una campaña política que recién inicia, demostrémosle a esos candidatos que nuestra dignidad y principios no se negocian. El llamado es apoyar a un candidato o candidata con excelsas cualidades éticas y morales.
En ese sentido debemos entender lo que significa un evento como el que tendremos en marzo del próximo año, no hay ninguna razón del porque debamos prestarnos a ese juego perverso de muchos candidatos, que no tienen una verdadera identidad de servir a sus comunidades. Finalizo con un humilde llamado a la sensatez, la cordura, la inteligencia y a la prudencia de los lideres a la hora de apoyar candidatos. El fervor y el patriotismo se envalentonan en una fiesta electoral… pero ¡NO SEAMOS TONTOS ÚTILES NUNCA MÁS!.
Por: Víctor Alfonso Gomez Cajar.