Sería muy reprochable e irremediable a nivel nacional e internacional, que sólo por puro egoísmo, sectarismo, celos infundados, resentimientos o arrogancia de algunos Candidatos, Partidos y Movimientos Políticos Progresistas y Democráticos; se pierda la oportunidad de cristalizar la tan necesaria Gran Coalición entre los Candidatos Presidenciales: Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Humberto De La Calle, Clara López, Carlos Caicedo, y otros que cumplan fielmente los acuerdos; en torno a lo fundamental, que requiere la inmensa mayoría consciente, coherente y consecuente del país; para superar la crisis que padecemos y enrumbarlo por el sendero del desarrollo armónico sostenible y competitivo.
Asuntos esenciales como la construcción del Bien Superior de la Paz, el combate a la Corrupción en el sector público y privado, la descarada Politiquería e Impunidad reinante para ciertos personajes. Únicamente se resuelven. Con el diseño e implementación de políticas públicas y estrategias que transformen y reorienten la vida nacional, con Gobernantes Comprometidos, porque esto no es cuestión de poca monta. Por lo cual es imprescindible, aunar esfuerzos y voluntades políticas, entre todos y todas; para poder avanzar y lograr los resultados que necesitamos y merecemos los colombianos. Así se pueden solucionar los problemas éticos, sociales, económicos, culturales, ambientales y políticos, que tanto nos asfixian.
No se justifica, que cada Candidato piense que la coalición sólo es buena si lo apoyan a él. Porque tradicionalmente, ni siquiera hay coaliciones entre la Primera y Segunda Vuelta Presidencial; si revisamos la historia electoral colombiana desde 1991. Los Candidatos que se queman, suelen dejar en libertad a sus equipos y electores; no logran endosar sus votos. Por ello, si no hay reglas claras, si no existe una Gran Coalición sobre lo Fundamental, decidida a apoyar la elección de un Candidato Único; no habrá forma de que la Gran Coalición se haga pronto realidad y funcione. Lo que indica que deben demostrar su grandeza, unirse pronto, al menos los decididos, porque la unión de los contrarios es peligrosa, para el porvenir de Colombia.
Hasta hoy sólo dentro de los mismos partidos ha sido posible hacer estas elecciones por medio de encuestas o consultas internas. Lo mejor es desarrollar una Consulta Popular en marzo o cualquier otro mecanismo transparente y confiable. Porque hasta ahora solo hay afinidades ideológicas parciales. Pero hay que insistir, exigirlo y persistir, porque los Candidatos y Presidentes, se deben es a la voluntad y poder del pueblo. Y las Organizaciones Sociales, deben ser protagonistas y determinantes en este vital proceso de transformación de la vida nacional. Ya los mismos con las mismas tuvieron su oportunidad y defraudaron al pueblo. Jamás olvidemos, que el monopolio del poder político y económico, es directamente proporcional al flagelo de la politiquería y a los abusos de la acostumbrada posición dominante. Se debe partir de la convicción de lo que somos y tenemos y de lo que verdaderamente queremos ser.
Siempre hemos tenido la firme convicción y certeza, que Colombia requiere ser pensada, reflexionada, planeada a corto, mediano y largo plazo. Lo que se ha denominado tener visión de futuro. Recordemos que las sociedades y países en el Universo que han alcanzado mayor grado de desarrollo y prosperidad, son precisamente, aquellas que planificaron de manera consensuada, transparente, eficiente y eficaz y efectiva, su Modelo Socioeconómico; lejos de los individualismos, de las mezquindades partidistas, clasistas, grupistas e intereses personales. Esto debería ser el génesis de la Gran Coalición Programática sobre lo Fundamental, que nuestra Nación necesita para salir de la crisis que padece y reducir la desigualdad. Pero su cumplimiento depende muchísimo de que los intereses colectivos y generales del pueblo, se privilegien y estén siempre por encima de los intereses particulares e individuales.
En ese sentido, los Candidatos y dirigentes políticos, deben reflexionar ya, comprometiéndose a saldar la deuda histórica social que tienen con el pueblo, incrementando al máximo la Inversión Social y Humana, para cristalizar efectivamente un gobierno eminentemente Democrático, Equitativo, Incluyente y Participativo. Es por eso, que no podemos seguir apoyando Candidaturas cuya única Carta de Presentación sea el poder económico, el abolengo, la estirpe social o el respaldo condicionado de los llamados financistas o caciques politiqueros. Que estén en contra del Bien Superior de la Paz y que sólo evidencien defender sus intereses y excesivos privilegios.
Benjamín Maza Buelvas