Estamos prácticamente a dos meses del domingo 11 de marzo de 2018, día de las elecciones de Representantes a la Cámara y Senadores de la República. Pero aún queda tiempo para analizar el perfil, la idoneidad, la trayectoria, la voluntad política, la sensibilidad social, la credibilidad, la confiabilidad, la capacidad de gestión, la vocación de servicio, los financistas, el equipo de trabajo, las propuestas y fundamentalmente; el desempeño de las funciones y la seriedad en el cumplimiento de los Compromisos de los Candidatos con Cartagena, Bolívar, Colombia.
Tenemos que asimilar que en cada elección nos jugamos una vez más, el curso colectivo de nuestras vidas, porque ese día se define la mismísima suerte de nuestra familia y comunidades. Porque de la responsabilidad personal de cada ciudadano, en la elección del Congreso de la República, dependerá: la calidad de la salud y educación pública, empleo digno, seguridad ciudadana, movilidad urbana, infraestructura vial, política de servicios públicos domiciliarios, vivienda decente, políticas públicas de la mujer, equidad de género e inclusión, adultos mayores, discapacidad, infancia, adolescencia, juventud y familia; políticas de pensionados, de Descentralización y Participación Ciudadana, etc.
Nada más cierto y crítico, incluso dramático para nuestra querida Cartagena, departamento de Bolívar y Colombia. Porque nuestros gobernantes y congresistas, han puesto en vilo por muchos años, el goce y disfrute de tales derechos y servicios públicos esenciales. Pero la gravedad de la crisis actual, no se puede entender sin valorar la responsabilidad y compromiso patriótico que tienen los electores, en la elección de quienes toman las decisiones, tanto en el Congreso como en Presidencia, Gobernación, Asamblea, Alcaldía, Concejo, JAL y Alcaldías Locales, sobre asuntos tan trascendentales.
Es significativo que la ciudadanía interiorice y aplique, que en política no bastan los requisitos para aspirar a las dignidades que brinda la Democracia Participativa; se necesita además, calidades, cualidades, méritos, experiencia y liderazgo, para regir y orientar con dignidad los destinos de los pueblos. Pero primordialmente, sensibilidad social, voluntad política, honestidad, transparencia, independencia mental, autonomía, vocación de servicio, idea clara de los problemas que afectan a la sociedad, cómo solucionarlos y cumplimiento de los compromisos con el pueblo. Por eso, urge elegir a legítimos representantes del pueblo; que no se tuerzan, que no se eliticen, que no sólo se preocupen, sino que se ocupen realmente de lograr buenos resultados.
Porque nuestra gente lo que requiere y merece, son soluciones democráticas estructurales e integrales, mediante la implementación de políticas públicas, estrategias efectivas y transparentes que enfrenten y combatan contundentemente los problemas que nos asfixian históricamente como, la corrupción, la politiquería, la pobreza, la exclusión, la injusticia social , la inseguridad, etc. Y a nuestros Congresistas les ha faltado grandeza, porque no existe sinergia, no aplican trabajo en equipo, con los gobernantes ni con el pueblo que los elige, les falta rodearse de ideólogos y estrategas que los asesoren bien, para garantizar capacidad de gestión y efectivos resultados en la consecución transparente de las Obras y Servicios requeridos. Por eso y mucho más, es que nuestro pueblo no debe improvisar ni equivocarse más en la elección de las mejores opciones al Congreso.
El artículo 133 de nuestra Carta Política, estipula que, “los miembros de los cuerpos colegiados de elección directa representan al pueblo, y deberán actuar consultando siempre la justicia y el bien común… El elegido es responsable políticamente ante la sociedad y frente a sus electores del cumplimiento de las obligaciones propias de su investidura”. Se exige que nuestros congresistas incidan más en las decisiones que se toman y que su labor se refleje en beneficio de la ciudadanía que los elige y empodera. Porque hasta ahora han sido, inferiores al reto y responsabilidad que el pueblo les encomendó. Por eso, es relevante, que periódicamente Rindan Cuentas Claras de su Gestión y Resultados.
Nuestro más vehemente llamado a toda la ciudadanía; que tengamos visión de futuro y luchemos sin descanso por la concreción del bienestar colectivo. Ya es hora que las organizaciones sociales de todo tipo, despierten y actúen consciente, coherente y consecuentemente; principalmente las Organizaciones Cívicas, Comunales, Sociales y Comunitarias; que si se unen, organizan y actúan sincera y cohesionadamente; pueden incidir significativamente en la transformación estructural, que se requiere en nuestras costumbres políticas y administrativas imperantes.
Benjamín Maza Buelvas