En 2017, fueron cerca de 120 mil personas que circularon en los tres festivales: Festival del Frito, Festival del Dulce y Festival del Pastel.
El Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), en el marco de sus programas: Patrimonio, Identidad y Memoria, en 2017 avanzó en el fortalecimiento de los festivales gastronómicos: Festival del Frito, Festival del Dulce y Festival del Pastel.
Por ejemplo, uno de los logros fue que los dos primeros festivales antes mencionados, desde 2016 hacen parte de la Red de Eventos Gastronómicos de Colombia, dado que son espacios para la preservación de la cocina tradicional cartagenera y generan procesos de emprendimiento.
Como es conocido, cada festival se centra en una especialidad culinaria típica cartagenera y dada sus características, la participación del público cartagenero y turistas a estos eventos va en aumento.
En 2017, fueron cerca de 120 mil personas que circularon en los tres festivales. Mil trecientos cincuenta millones de pesos fue el total de ventas obtenidas por los 134 cocineros y matronas participantes, previamente seleccionados por un proceso que implica exámenes médicos y talleres en manipulación de alimentos. En total fueron 33 días de fiesta gastronómica.
Novedades en los Festivales
Del 22 de enero al 5 de febrero de 2017 se llevó a cabo la trigésima tercera versión del Festival del Frito, que tuvo como novedades los chefs invitados: Leonor Espinosa, Jaime Rodríguez, Sabas Pretelt, Leonardo Suarez y Alexander Almeri. También “La Noche de Fandango”, con la asistencia de 8 mil personas y la participación de tres bandas: 19 de marzo de Laguneta, la banda de Chochó, y la banda de Manguelito.
Se logró la alianza con Acopi que permitió la afiliación a las ganadoras del festival 2017, acompañamiento del Ministerio de Comercio, apoyo de empresas aliadas, promoción y visibilización, a través de medios de comunicación con más de sesenta notas en medios locales y cinco especiales en medios nacionales.
Por supuesto, se continuó con la premiación de las mejores cocineras en las categorías: empanada de huevo, carimañola, buñuelo de frijolito, empanada de carne, arepa de dulce, también en el frito innovador con recetas creativas y se galardonó a la ganadora de ganadoras, como la mejor matrona del festival.
En Semana Santa, se realizó la séptima versión del Festival del Dulce, del 9 al 16 de abril en el Parque Centenario, un lugar fortuito para el esparcimiento y el disfrute de la familia cartagenera.
Simultáneo a esto, por primera vez el festival se extendió hasta el mítico Portal de los Dulces, sitio de obligada parada para conocer la industria acaramelada de Cartagena. En ese mismo circuito se presentaron 16 grupos culturales de diferentes géneros, que amenizaron las constantes visitas de 800 cartageneros y 1200 turistas por día.
Como parte del fortalecimiento al emprendimiento regional, se contó con la participación de la Fundación Helt, Asopradulce, Dulces Típicos de palenque, programa de proyección social del Colegio Mayor de Bolívar, Fundación Social y Cultural Afro Palanquera, Chapacha Kchapacho,
Por último, la trigésima versión del Festival del Pastel realizado en vísperas navideñas, entre el 16 y 25 de diciembre, en el Parque de la Marina, arrojó que en promedio diariamente se vendieron 3.800 pasteles, dando un total de 38 mil pasteles vendidos en todo el festival, superando con creces la cifra del año anterior con 6 mil pasteles.
Este año el festival tuvo varias innovaciones, como es el caso de las hayacas que tuvieron un excelente registro en ventas con 3.200 unidades y los tamales con 4 mil unidades vendidas. Así mismo, como novedad se contó con un stand de libros gastronómicos, puesto de dulces y obleas, batallas de break dance, conversatorios y talleres sobre el quehacer gastronómico por parte de los participantes y la realización en familia de las novenas navideñas.
Cabe recordar que los participantes e invitados especiales al Festival del Pastel no pagaron nada por su inscripción.
IPCC seguirá trabajando por el fortalecimiento de la industria cultural cartagenera y la preservación de los saberes ancestrales culinarios, de la mano de la ciudadanía, quienes han demostrado su apoyo al talento local a través de los espacios multiculturales de la ciudad de la esperanza.