Las Organizaciones Comunales, Sociales y en general las Fuerzas Vivas de Cartagena, no deben permitir que el Gobierno Distrital, deje estancar y menos retroceder el Proceso de implementación de una auténtica Descentralización y Participación Ciudadana en nuestro Distrito Especial; lo cual está consagrado principalmente en nuestra Constitución, en las leyes 743 de 2002, 768 de 2002, 1551 de 2012, 1617 de 2013 y 1757 de 2015. Además en diversos Acuerdos y Decretos reglamentarios de carácter distrital. Porque no se justifica, que este significativo Proceso, siga siendo mera retórica, sofismas de distracción y falsas expectativas que frustran las aspiraciones del pueblo.
Por el contrario, la política pública de toda Administración en materia de Descentralización y Participación Ciudadana y Comunitaria; debe ser fortalecer y facilitar las instancias decisorias de diálogo y concertación ciudadana, para hacerlas incluyentes, descentralizadas y participativas; dirigidas a la formación de una efectiva cultura ciudadana para los cartageneros. No hay derecho, que exactamente a cuatro años y ocho meses, después de la vigencia de la ley 1617 del 5 de febrero de 2013, los Alcaldes en ejercicio y los Concejos; no hayan tenido la voluntad política y administrativa de cumplir con su responsabilidad de hacer realidad la reglamentación de esta importante norma.
Y algo peor y gravísimo, que hace retroceder aceleradamente este Proceso, es la decisión de disminuir la partida correspondiente al Fondo de Desarrollo Local de las Localidades. Debido a que para el año 2016, se incluyó en el Presupuesto de Ingresos y Gastos para la Administración Central; una partida aproximada a los 14 mil millones de pesos, para el año 2017 se bajó a 8 mil millones y, pásmense cartageneros, para el año 2018, el Alcalde, Sergio Londoño Zurek, propone una partida apenas, de 6 mil millones; siendo que el artículo 64 de la ley 1617, estipula que: “A partir de la vigencia fiscal de esta ley, no menos del diez por ciento (10%) de los ingresos corrientes del Presupuesto de la Administración Central del distrito se asignará a las Localidades, teniendo en cuenta las necesidades básicas insatisfechas de la población de cada una de ellas y según los índices que establezca la entidad distrital de Planeación. El Concejo Distrital, a iniciativa del Alcalde Distrital, podrá incrementar dicha Participación anual y acumulativamente en un dos por ciento (2%), sin que la misma supere el total del treinta por ciento (30%) de los ingresos mencionados. Parágrafo: El Alcalde Distrital se sujetará a lo dispuesto en la presente ley, so pena de incurrir en falta disciplinaria”.
Esa insensible e injustificada decisión, la sustentan basados en el retrógrado Decreto 2388 del 11 de diciembre de 2015. El cual los Ediles y Alcaldes Locales, las Organizaciones Comunales, Sociales, Comunitarias y la Sociedad Civil en general; tienen el imperativo ciudadano y el reto inexcusable, de exigir al Presidente Santos, al Ministro del Interior y de Hacienda, su inmediata derogación, porque nuestros dirigentes y gobernantes, suelen aplicar al pie de la letra y en forma inmediata; es todo aquello que redunde en contra de los sectores populares y del Bien Común, privilegiando siempre el interés particular, de grupo y casta social.
Sabemos que el Presupuesto es un instrumento político, económico y administrativo, que contiene el plan financiero del gobierno, expresado en forma de programas anuales de actividades de los servicios esenciales y que indican el origen y monto de los recursos que espera recaudar y el costo de dichos programas en función de los resultados que se pretenden alcanzar y los recursos necesarios para lograrlo. Si es que los ingresos no alcanzan hay que hacer gestión a nivel local, nacional e internacional, presentando proyectos de inversión. Pero no debe perjudicarse a los más débiles y necesitados. Es obligatorio también, incluir con carácter permanente en el Presupuesto Distrital, el Presupuesto Participativo. Como mecanismo de Participación.
Participar sin poder de decisión es una invitación falaz y vacía que lleva al desgaste de las formas de organización de la sociedad civil, aumenta su apatía e indiferencia hacia lo público, incrementa la abstención electoral y termina causando el efecto contrario que buscaba la Democracia Participativa. Y la mejor forma de evidenciar, que lo más importante es la gente, es la asignación y ejecución del Presupuesto necesario y suficiente para solucionar sus necesidades.
Se requiere entonces, diseñar, construir e implementar con urgencia una estrategia eficaz, que conduzca a liderar una gran fuerza ciudadana decisiva, en el seno de las bases populares, para no dejarse marginar de las grandes determinaciones que se deban tomar y que tienen ineludiblemente, que redundar en beneficio del pueblo y asumir con sensatez una clara y reflexiva posición.
Por: Benjamín Maza Buelvas