Se aproximan las elecciones de Representantes a la Cámara y de Senadores de la República. Pero aún queda suficiente tiempo para discernir con claridad y decidirnos a analizar las calidades, trayectoria, honestidad, transparencia, sensibilidad social, vocación de servicio, compañías y esencialmente las propuestas concretas y compromiso de los Candidatos y Candidatas; con Cartagena, Bolívar, Colombia y sus comunidades. Por lo que tenemos la inexcusable responsabilidad histórica de votar por los mejores congresistas.
Interioricemos que en cada elección nos jugamos una vez más, el curso colectivo de nuestras vidas y de nuestras futuras generaciones; porque ese día se define la mismísima suerte de nuestras comunidades. Porque es evidente, que de la responsabilidad personal de cada ciudadano, de votar por los mejores Congresistas, dependerá indudablemente: la Calidad de la Salud y de la Educación Pública, del Empleo, la Seguridad Ciudadana, la Movilidad Urbana, la Infraestructura Vial, la Política de Servicios Públicos Domiciliarios, la Vivienda, las Políticas Públicas en torno a Equidad de Género e Inclusión, Pensionados, Adulto Mayor, Discapacidad, Infancia, Adolescencia, Juventud y Familia, Participación Ciudadana y Descentralización Administrativa, Fiscal y Política, etc.
Nada más cierto, incluso dramático, particularmente en nuestra querida Cartagena y departamento de Bolívar. Porque nuestros Congresistas y Gobernantes, han puesto en vilo por muchos años, el goce y disfrute de tales derechos y servicios esenciales. Sencillamente por falta de liderazgo, unidad de Acción y capacidad de gestión. No han sabido exigir al Presidente y Gobierno Central, que asignen las partidas presupuestales necesarias y suficientes para la prevención y solución de nuestra problemática. Recordarle sin temor que ganó la Presidente por la Región Caribe.
Es indiscutible, que nuestros congresistas, no vienen cumpliendo fielmente con sus obligaciones, existiendo un descontento generalizado por las decisiones impopulares que la inmensa mayoría de ellos suelen tomar en el concierto nacional y por carecer de independencia mental al aprobar las leyes y ejercer el control político principalmente. Luego, no se debe votar siempre por los mismos y esperar resultados diferentes. Ni por candidaturas cuya única carta de presentación sea el poder económico, el abolengo o el respaldo condicionado de los caciques y financistas.
Pero también la gravedad de la crisis actual, no se puede entender sin valorar la responsabilidad y compromiso democrático que tenemos los electores primarios, en la elección de quienes toman las decisiones, tanto en el Congreso como en la Presidencia, la Gobernación, la Asamblea, la Alcaldía, el Concejo y las JAL e
incluso de las Organizaciones Comunales sobre asuntos tan trascendentales; ya que ha faltado cohesión al momento de votar y empoderarlos.
Nuestro pueblo lo que necesita son soluciones democráticas estructurales e integrales, mediante la aplicación de estrategias, políticas públicas efectivas que enfrenten y erradiquen contundentemente los problemas que nos acosan y asfixian históricamente. Y los Congresistas deben dejar el protagonismo individual, implementar el trabajo en equipo con los gobernantes, rodearse de ideólogos y estrategas que los asesoren bien, para poder garantizar la gestión y ejecución transparente de las Obras y Servicios requeridos; lo cual puede darles la oportunidad de ir saldando progresivamente la deuda histórica social, que tienen con las comunidades. Por eso, es que nuestro pueblo no debe improvisar en la elección de los Congresistas y Gobernantes.
Cartagena, necesita el compromiso ineludible de todos sus estamentos e instituciones públicas y privadas del orden nacional, regional, departamental, distrital y local, y de la voluntad política indeclinable de su Alcalde Distrital, Manolo Duque, Concejo Distrital, sus Ediles y Alcaldes Locales, sus Organizaciones Comunales y Sociales, del Gobernador, Diputados, Congresistas y del mismísimo Presidente de la República y de todos sus dirigentes; para lograr que el crecimiento económico y la ejecución de sus Macroproyectos, sean más incluyentes y se traduzcan en Inversión Social; que impacte favorablemente en la reducción significativa de nuestra pobreza y exclusión social en una redistribución justa y equitativa del ingreso para los pobres.
Autor: Benjamín Maza Buelvas.