Definitivamente ante la suspensión temporal del Alcalde Distrital, Manolo Duque, por parte de la Procuraduría General de la Nación, la reintegración a su cargo por acción judicial, debido a una Tutela y la decisión anunciada del Procurador General; de impugnar la Tutela. La Administración está sumida en una profunda crisis, porque sigue la interinidad y con ella la más perjudicada es Cartagena; por lo que el reto del Alcalde Manolo Duque; en sinergia con todas las Fuerzas Vivas del Distrito; es superar la crisis de gobernabilidad.
La crisis de gobernabilidad resulta cuando los conflictos entre los diversos actores estratégicos tradicionales y emergentes cuestionan el equilibrio institucional del sistema sociopolítico, debido esencialmente a un deficiente sistema de institucionalización de reglas y procedimientos. En ese sentido, la función administrativa distrital, debe desarrollarse en consonancia con el interés general de la ciudadanía y los fines esenciales del Estado Social de Derecho y llevarse a cabo, atendiendo los principios constitucionales, jurisprudenciales, legales y reglamentarios de democratización y Control Social de la Administración Pública. El gobierno distrital, debe adelantar su gestión, acorde con los principios de la Democracia Participativa, Descentralización, Modernización y del Pluralismo; propiciando la corresponsabilidad y el Control Social adecuado.
El Alcalde necesita evidenciar autonomía e independencia mental en la toma de decisiones y en la construcción e implementación de políticas públicas requeridas, transparencia, honestidad y capacidad de gestión. Asimismo que el Gabinete y demás Servidores Públicos que conduzcan las Secretarías de Despacho, Departamentos Administrativos, Institutos Descentralizados, Direcciones, Jefaturas y Coordinaciones del Distrito; deben trabajar realmente en equipo; constituir un conjunto de expertos idóneos que estén verdaderamente comprometidos; unos son de Libre Nombramiento y Remoción, otros son trabajadores de carrera y algunos contratistas; conocedores del funcionamiento de la Administración Pública.
Luego, si Manolo Duque, aspira salir airoso en su Gobierno, tiene que profundizar el ritmo de su Gestión, para que podamos palpar sin más dilación, las metas esperadas. No olvidar, que urge una Reestructuración y Modernización Administrativa y que en toda Reestructuración Administrativa, la clave es el Talento Humano; siempre y cuando cuente con las herramientas apropiadas para ejercer sus funciones. Rescatar el liderazgo y capacidad de gestión y rodearse de verdaderos ideólogos y estrategas que lo asesoren bien, con el fin de redefinir y fortalecer la estructura administrativa de la organización interna y el funcionamiento del nivel Central y Descentralizado del Distrito. Pero ha venido aplazando la decisión, a pesar de quejarse del exceso de tramitología y poca efectividad de los procesos, de la débil coordinación y armonización de las dependencias, del obsoleto e improcedente Manual de Funciones, de la anacrónica estructura administrativa y de la poca Participación Ciudadana y Comunitaria.
Entonces, el Alcalde ya está en mora de presentar ante el Honorable Concejo Distrital, el Proyecto de Acuerdo, por medio del cual se Reestructuran las Localidades, correspondiente a la Reglamentación de las Leyes 1617 de 2013, 1551 de 2012 y 1757 de 2015; en forma concertada con las Organizaciones, Cívicas, Comunales, Sociales, Comunitarias y Políticas; se fortalecen las Alcaldías y Fondos de Desarrollo Local; se establece la coordinación y control entre la Administración Central y Descentralizada; se adopta una Metodología en el trámite del Presupuesto Participativo; se crea la Promotoría de las Veedurías Ciudadana, se fomenta y fortalece los Comités de Desarrollo y Control Social de los Servicios Públicos Domiciliarios; con sus respectivos Vocales de Control Social; se designa los Corregidores, se crea Consejo Distrital de Participación Ciudadana, las Gerencias en las Unidades Comuneras de Gobierno y una Gerencia Especial para el Centro Histórico de la ciudad, etc.
Tenemos el imperativo de rescatar la actitud y decisiones positivas de nuestros gobernantes y dirigentes, cultivar credibilidad, legitimidad y confianza en nuestros representantes e instituciones democráticas; para asegurar la gobernabilidad perdida; porque muchos han preferido la adhesión sumisa al poder mediático; antes que defender con dignidad sus principios, convicciones e intereses de Cartagena y al pueblo que los eligió y empoderó.
Por: Benjamín Maza Buelvas.