Se acerca inexorablemente el domingo 17 de junio, día de la Segunda Vuelta Presidencial, donde los electores tendremos la gran oportunidad de elegir al próximo Presidente y Vicepresidente de la República. Ese día nos jugamos nuestro destino hacia: la justicia o injusticia, la Paz o la guerra, la vida o la muerte.
Esta no es una elección más, sino que nuestra débil Democracia Participativa, nos está brindado la única e irrepetible oportunidad, de decidirnos a marcar una X, para derrotar definitivamente a todos los corruptos y politiqueros que se han juntado, para apoyar al mismo candidato, hará trizas el acuerdo de Paz, profundizará la Desigualdad y defenderá sólo sus excesivos y mezquinos intereses particulares o de grupo, tales como: Uribe – Duque, Pastrana, Ordóñez, Gaviria, Vargas Lleras, Vivian Morales, y muchos Representantes torcidos de los Partido Conservador, Centro “Democrático”, Partido Liberal, Cambio Radical, Partido de la U, Opción Ciudadana, Mira, etc.
Entonces, este es el momento histórico propicio para dejar atrás, la indiferencia, la apatía, la desconfianza, la incredulidad, los celos infundados, el egoísmo, la intriga, la intolerancia, el odio, la envidia, la avaricia, el rencor, el arribismo, el sectarismo, la cizaña, el irrespeto, el protagonismo individual, la incoherencia y la inconsecuencia. Hay que asumir posiciones claras. Procurando aunar esfuerzos y voluntades, y actuar siempre en equipo. Para cumplir fielmente, con nuestro derecho y responsabilidad legal y personal de votar y elegir bien. Dimensionando y valorando la trascendencia de elegir en forma contundente, la mejor opción presidencial.
Necesitamos la unión sincera del pueblo libre, consciente, coherente y consecuente, al menos la de aquellos dolientes del país. Nos unimos o nos hundimos, dijo Petro. Por eso, Gustavo Petro ha venido proponiendo, un Gran Acuerdo Sobre Lo Fundamental, para concertar e implementar algunas reformas inaplazables con participación de todas la Fuerzas Vivas; que cohesione a la ciudadanía, cumplir y hacer cumplir lo consagrado en la Constitución de 1991, ante la grave crisis que padecemos.
Porque estamos muy mal en muchos aspectos esenciales. Pero unidos podemos empezar a mejorar y avanzar por el camino correcto. Por eso, el modelo de país que queremos, debe tener unos objetivos específicos con sus tiempos, lo mismo que fuentes viables, desde lo constitucional, legal, jurisprudencial, económica, social, cultural, ambiental, ética, moral y política.
Es significativo enfatizar, que se exige, que la campaña electoral, se desarrolle, por parte de los candidatos, seguidores, activistas y simpatizantes; mediante la confrontación dialéctica de ideas, con verdades, con madurez, altura intelectual, argumentos persuasivos y convincentes; con propuestas programáticas e iniciativas concretas, necesarias, convenientes, atractivas, viables, realizables y financiables. No estar haciendo montajes e inventando falsedades para engañar a ingenuos.
Debemos ser objetivos y no defender lo indefendible. Aterricemos en nuestra realidad, para que en sinergia planifiquemos y logremos avanzar, para sacar pronto a Colombia del atraso en que la tienen sumida. Pero es imprescindible, combatir sin pausa el flagelo de la corrupción, la politiquería, la pobreza, la inseguridad, la exclusión y la injusticia social. Porque nuestros Gobernantes, Dirigentes políticos y empresariales, están en mora de pagar al pueblo, la histórica deuda social. Basta de excusas, cizañas, mentiras y engaños, para ilusionar y manipular a incautos.
Este país no resiste más equivocaciones ni improvisaciones, que retrasen y estanquen su desarrollo, ni menos retroceder en el proceso de transformación de las malas prácticas políticas, administrativas, éticas y culturales reinantes. Tenemos que luchar incansablemente, por recuperar la credibilidad, la legitimidad, la gobernabilidad y la confianza perdida en la mayoría de nuestros dirigentes y en nuestras instituciones públicas y privadas; eligiendo un Presidente probo y comprometido con Colombia Humana.
En síntesis, votemos en contra de quienes nos han excluido, discriminado, invisibilizado, jodido, empobrecido y maltratado por más de 200 años; los mismos años que llevan mal gobernando los mismos con las mismas mentiras y manipulaciones de siempre, o los mismos en cuerpo ajeno. Sólo amparados en su poder económico y estirpe social.
Por: Benjamín Maza Buelvas