Retos del nuevo alcalde distrital de Cartagena

Los planteamientos del nuevo Alcalde Distrital, Pedrito Tomás Pereira Caballero durante su posesión, son de vital importancia, para el acontecer de Cartagena. Dejó claro, que será un Alcalde que promoverá la unión de los cartageneros.  Que no va a dividir, sino, a sumar.  Que en su criterio, le llegó la hora a Cartagena, de superar la polarización, trabajando unidos para alcanzar los grandes desafíos que hay que afrontar. Y precisó, que su gobierno se basará en cuatro principios fundamentales: La eficiencia y transparencia de la gestión administrativa; la seguridad y convivencia ciudadana; la disminución de la pobreza y la reactivación económica.

Propósito esperanzador, porque a nuestros Alcaldes, les ha faltado grandeza, al no ocuparse, de convocar y liderar  Participación Efectiva, en torno a la concertación de un Gran Acuerdo Sobre lo Fundamental; a  las Organizaciones Sociales, Ediles, Concejales, Diputados, Congresistas, Gobernador y a todas las Fuerzas Vivas dolientes de la ciudad y sus corregimientos; para que con sus luces, unión de esfuerzos, voluntades y gestión en equipo; ayuden  a exigir y comprometer al Gobierno Central, al Congreso y al mismísimo Presidente de la República; acabar con el Centralismo Asfixiante e incrementar la asignación de los recursos necesarios y  suficientes en el Presupuesto Nacional.

Porque las partidas para los Macroproyectos y Obras de trascendencia para el desarrollo armónico sostenido y competitivo de Cartagena, no existen o son insuficientes. Por eso, los retos inaplazables del Alcalde Distrital; deben ser, la superación de esta grave crisis y avanzar en el invariable compromiso de defender los intereses del pueblo, porque esta crisis económica, social, cultural, ambiental, política e institucional que afecta a Cartagena; no justifica que gobernantes, dirigentes políticos, académicos, sindicales, empresariales, gremiales y ciudadanos; sean indolentes o actúen aisladamente.

Por ser la problemática de Cartagena tan compleja, el nuevo Alcalde Distrital, siendo autor de la Ley 1617 de 2013 y Ley 1784 de 2016, tiene la oportunidad de impulsar su adecuada reglamentación y cumplimiento. Con el fin de implementar sus Políticas Públicas. Reestructurar la Administración, para Fortalecer la Descentralización, la Participación y Modernizar al Distrito; tomando decisiones cruciales que conduzcan a su efectiva superación; con el fin de empezar a evidenciar sin más dilación, los Resultados esperados. Esto es un imperativo histórico, ya que el pueblo está al borde de la exasperación, por la escasa Inversión Social y Humana, que se ha venido ejecutando. Es significativo demostrar autonomía e independencia en sus decisiones, pero que sean incluyentes.

Es inaplazable que el Alcalde Distrital,  lidere y coordine durante el tiempo de su mandato,  en forma concertada  con nuestras Fuerzas Vivas; la  construcción, consolidación y aplicación de los Principios Rectores  de sus Políticas Públicas;  sin exclusión;  con el objetivo de que contribuyan con sus luces,  a redefinir y reorientar el rumbo de nuestro Distrito Especial; para adelantar un proceso de cambio en las prácticas políticas y administrativas; que obliguen la búsqueda de soluciones pertinentes; conforme lo plasmado en el Plan de Desarrollo Distrital; como un reto y compromiso de su Gestión  Administrativa;  para lograr el mejoramiento de la calidad de vida del pueblo, con miras a construir de una sociedad  digna, equitativa y justa. Por ello, debe trabajarse con actitud democrática y de corte social y humana. El pueblo aspira que el Alcalde Distrital, acierte en la selección de su Equipo Multidisciplinario de Gobierno.

Urge enfrentar  con la máxima voluntad política y administrativa; la problemática que ataca a los cartageneros; priorizando la lucha contra la Corrupción, la Inseguridad, el Desempleo,  la crisis en la calidad de la Salud y Educación Pública, los Malos y Caros Servicios Públicos Domiciliarios, la baja cobertura y calidad de Vivienda, los problemas de Infraestructura y de Movilidad Urbana, la crisis de Autoridad, el estancamiento y retroceso del Proceso de Participación Ciudadana y de Descentralización Administrativa, Fiscal y Política, la Crisis de  Convivencia y Valores Éticos, etc.

Por: Benjamín Maza Buelvas

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