El abuso sexual infantil: el problema mayor

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El caso de Rafael Uribe Noguera, condenado de la violación y asesinato de la pequeña Yuliana Andrea Samboní, encontrada en el apartamento del arquitecto en el barrio El Chico de Bogotá, es uno más de los cientos que suceden en el país, pero que ha seguido cobrado notoriedad por la posición social del sospechoso y de sus familiares, especialmente hermanos, quienes esta semana que culmina volvieron a estar en la palestra pública; La ciudadanía reclame mayor acción de las autoridades.

Para los expertos, “el abuso sexual infantil es cualquier actividad sexual forzada entre un niño y alguien mayor. No es limitado al contacto físico y puede incluir cosas como exponer a un niño o niña a la pornografía. Algunos abusadores usan fuerza física, pero mucho otros usan formas menos obvias de coerción como la manipulación emocional, amenazas, etc.”

Luisa Fernanda Suárez P. viene liderando una campaña de prevención en torno a esta situación, considerada preocupante por las cifras que se presentan, pero en especial por la ‘Ley del Silencio’ que rodea este tipo de delitos.

De acuerdo con Martha Escamilla Rocha, Especialista en trauma,  “todo abuso sexual es una violación al cuerpo, a los límites y a la confianza. Es una ruptura a los límites personales, emocionales, sexuales y energéticos que provocan heridas profundas y que dejan cicatrices a nivel físico, emocional, espiritual y psicológico. Esto produce en las personas una serie de síntomas que se pueden convertir en las semillas para iniciar el proceso de recuperación”.

Precisa en su análisis que “El motivo del ataque sexual no es primordialmente el placer o la satisfacción sexual del ofensor, sino que tiene que ver con poder, control, dominación y humillación, indiferentemente de sí la víctima es masculina o femenina. El ataque sexual es una forma de violencia en la cual el “sexo” es utilizado como arma contra la persona de quien se abusa”.

Este tema del  Abuso Sexual Infantil retoma especial importancia esta semana por el caso de Rafael Uribe Noguera, condenado por la violación y asesinato de la niña Yuliana Andrea Samboní en un exclusivo apartamento en Bogotá y  todas las maniobras dilatorias que se han presentado alrededor de este trágico episodio. Y es que según Esteban Cruz Niño, investigador y profesor de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario,  “todo parece indicar que el Uribe Noguera había planeado el crimen con bastante anterioridad, pues sacó prestado el vehículo con el cometió el secuestro y se desplazó hasta un barrio de origen humilde para iniciar su ataque. Esto con el fin de minimizar las posibilidades de que lo capturaran”.

De acuerdo con el académico,  las posibilidades que el condenado, conocido ahora como ‘Monstruo de Chapinero’, al comparar su proceder con los de  criminales como “Garavito” o Fredy Armando Valencia “El Monstruo de Monserrate”,  haya cometido más crímenes,  “no es descartable, aunque por la dinámica de sus acciones es más probable que haya cometido abusos sexuales en el pasado que asesinatos”.

No hay excusas para estos crímenes, que configuran delitos de la gravedad de  “Feminicidio agravado, secuestro simple, tortura y acceso carnal violento”,  y ante lo cual la sociedad debe seguir levantándose, alzando su voz, no dejando  que el paso del tiempo y las acciones legales cubra de impunidad el abuso sexual infantil.

Por: Heber Zabaleta Parra.
Editor del Portal Periodístico noticiasdelsur.co

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