Establecer precios fijos a productos y servicios ofrecidos a turistas en cartagena es una necesidad

El abuso de muchos vendedores ambulantes, comerciantes y prestadores de servicios turísticos en cartagena está afectando el turismo de la ciudad.

Ya no basta con vender el patrimonio histórico de cartagena de indias, ni las paradisíacas playas y paisajes costeños para convencer al turista de volver cada año a la ciudad, también se debe empezar a vender una buena experiencia, que debe ir desde el excelente servicio y trato al cliente hasta la cómoda accesibilidad a precios justos sobre los productos y servicios que los turistas adquieren en la Heroica.
Diferentes casos protagonizados en la ciudad han dejado ver la desorganización en los precios que se les ofrecen al turista, tal como paso recientemente con una pareja de franceses a los que les cobraron 850 mil pesos colombianos por una bandeja de marisco en un restaurante de la boquilla; dicho caso se suma a otros ocurridos en la ciudad. (Lea También: Cobraron $850 mil por bandeja de mariscos a turistas franceses en Cartagena)

Hace un par de días la administración distrital dio un paso importante; al establecer precios fijos a varios productos y servicios ofrecidos en las playas de Cartagena. (Lea También: Quedo establecida lista de precios para turistas de las playas en Cartagena)

Aunque dicho paso es un buen comienzo no cubre la totalidad de servicios ofrecidos en las playas de cartagena, hoteles, hostales, restaurantes y ventas ambulantes; sin mencionar todos aquellos servicios y productos que se venden y prestan en otros sitios turísticos de cartagena como lo son el centro histórico y Bocagrande, en los cuales, productos tan básicos como una bolsa de agua puede llegar a valer triple de su valor original dependiendo del vendedor; o los salpicones de frutas (un vaso plástico con cinco trozos de frutas distintas) de las palenqueras que llegan a tener hasta un valor de 10 mil pesos colombianos según sea el turista, la cantidad de fotos que se tomen o la cara de ingenuidad que le vean.

Tampoco se ha creado una entidad eficiente que vele, vigile, audite y aplique sanciones a los que incurran en incumplimientos, ya que debe ser el mismo turista quien denuncie los abusos, y como la mayoría no desea arruinar sus vacaciones en trámites de denuncias engorrosas, solo optan por pagar y no volver a la ciudad.

El turismo local y nacional es el que se ve más afectado ya que al connacional conocer los precios reales de los productos y servicios se siente más engañado y estafado.

Redacción: NotiCartagena.
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